Abriéndome el pecho (a modo de presentación)
Siempre quise ser escritor,
columnista impune
cuanto menos,
pero sin darme cuenta
alguien cambio por agua
la arena de mi reloj,
y no entiendo porque
sin llegar a ser escritor
me siguen sangrando
las yemas de los dedos
madrugada si
y madrugada también
Pero si he de ser
crítico conmigo mismo
diré que siempre
me falto algo de constancia
y me sobraron demasiados bares,
y que coño,
que a estas alturas
el "talento"
empieza a ser tan solo
una palabra
de siete letras
que nadie se molestó
en incluir en mi diccionario
Así pues nunca gané
certamen de poesía alguno,
pero tampoco los perdí
ya que nunca di a torcer
renglón alguno
en ese tipo de concursos,
en los que el jurado
que premia la rima
no sabe que los mejores versos
son los que riman sin rimar,
y que lo que es la métrica,
a mí siempre
me
ha
importado
una
mierda
Y así sin darme cuenta
me voy haciendo mayor
sin saber aun
que cojones
quiero ser de mayor,
y empiezo a sopesar
la derrota
como una opción
agridulce,
que a fin de cuentas
no es un mal pacto
con la muerte,
siempre que pueda
seguir retándole
un par de versos al viento
(sin acuse de recibo),
entre quimeras corredizas
para así mantenerme con vida
y poder seguir besando
la comisura de mis sueños
y me conformo
con un perro
que me despierte
por las mañanas,
más libros
de los que caben
en estas estanterías,
un par de amigos
tres como mucho,
alguna botella de vino
de reserva
con denominación
de hastío,
y que de vez en cuando
alguna mujer
me arranque las penas
sin pedirme
más penas a cambio
columnista impune
cuanto menos,
pero sin darme cuenta
alguien cambio por agua
la arena de mi reloj,
y no entiendo porque
sin llegar a ser escritor
me siguen sangrando
las yemas de los dedos
madrugada si
y madrugada también
Pero si he de ser
crítico conmigo mismo
diré que siempre
me falto algo de constancia
y me sobraron demasiados bares,
y que coño,
que a estas alturas
el "talento"
empieza a ser tan solo
una palabra
de siete letras
que nadie se molestó
en incluir en mi diccionario
Así pues nunca gané
certamen de poesía alguno,
pero tampoco los perdí
ya que nunca di a torcer
renglón alguno
en ese tipo de concursos,
en los que el jurado
que premia la rima
no sabe que los mejores versos
son los que riman sin rimar,
y que lo que es la métrica,
a mí siempre
me
ha
importado
una
mierda
Y así sin darme cuenta
me voy haciendo mayor
sin saber aun
que cojones
quiero ser de mayor,
y empiezo a sopesar
la derrota
como una opción
agridulce,
que a fin de cuentas
no es un mal pacto
con la muerte,
siempre que pueda
seguir retándole
un par de versos al viento
(sin acuse de recibo),
entre quimeras corredizas
para así mantenerme con vida
y poder seguir besando
la comisura de mis sueños
y me conformo
con un perro
que me despierte
por las mañanas,
más libros
de los que caben
en estas estanterías,
un par de amigos
tres como mucho,
alguna botella de vino
de reserva
con denominación
de hastío,
y que de vez en cuando
alguna mujer
me arranque las penas
sin pedirme
más penas a cambio
0 comentarios