Mantra de emergencia
Sostén esa sonrisa.
Sostenla mientras puedas
sin titubear.
Y cuando te veas de nuevo
envuelto en calma.
Cuando la vida burlona e
indescifrable como siempre es,
se postre sumisa a tus pies
dejándose asir de la cintura.
Relájate.
Y disfrútalo.
Antes de que vuelva ELLA
disimulando la vergüenza
y los silencios,
con aires de ciclón.
Robándote la paz,
las horas
y la cazadora.
Sostén esa sonrisa
cabrón,
que estas de enhorabuena.
Al menos a estas alturas sabes
que tan solo se trata
de escribirle a las ausencias
para apaciguar la caída.
De dormir un poco
y pasar página.
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