Nuestra única certeza
Tienes que asumir las consecuencias de tus actos
igual que has de asumir que el precio de no cometerlos
quizá a la postre te pueda resultar demasiado alto.
Ya sabes la relación que existe
entre la paciencia y los cobardes,
pero aun así,
no te precipites al vacío todavia.
A veces, es mejor esperar al último asalto
y tratar de disfrutar del combate
por lo que pudiera suceder.
Todo es cuestion de asideras al final.
De escoger bien donde vas a agarrarte
aunque la elección sea cuestión de instinto
y limitarse a sobrevivir demasiado insípido.
Así que no te aferres demasiado fuerte,
y recuerda llegado el momento,
que al final tan solo somos lo que seriamos,
y poseeremos lo que pudieramos poseer
a la vuelta de un naufragio. Del último.
Poco más que tenernos a nosotros mismos
y el recuerdo difuso de alguna melodía en la cabeza.
Que ya es bastante.
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