Gritar desde el coche a 120
Estas son las últimas letras
que tuerzo por ti,
el último pellizco
que me dejo dar sin permiso..
Lo siento princesa pero ahora yo soy
como ese gato negro que deambula
entre las rocas del espigón
al que temen todos
los cangrejos de la zona,
por su astucia más que por su naturaleza felina,
aunque apenas ya solo
le queden un par de vidas..
Lamentando decirte que he pintado este verano de un inmenso azul clarito
sobre el gris que me trae tu recuerdo a mi cabeza
la vida, cariño, me va sonreir aunque sea a patadas y a tu espalda..
Que el "no hay dinero en el mundo para comprar
eso que tu vendes por una miseria", lo has vuelto del reves..
Ya ves..
Pues ya ves corazón, que no me tiembla el pulso para decirte "bye bye",
y las razones que no me han estado faltando de un tiempo a esta parte
vienen ocupando ya un inmenso espacio en la tercera repisa de este minibar..
Porque venia siendo más una cuestión de echarle huevos al asunto
y en tu nombre, pasar de regar a ahogar las penas,
con un par de litros de cerveza fría y una sesión de Jazz caliente..
¿Y ahora qué?
Pues que te dejo ya por siempre arropada por mi indiferencia
y este inmenso silencio que nunca oiras, por venganza
Que por mi parte yo me basta con gritar
desde el coche a 120 un último:
"Que te follen mi amor"
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