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DELIRIOS DE flaqueza

Aullidos

Amistad kilometral

Amistad kilometral

A menudo,
nuestra amistad radica
en no comernos las pollas.

En no necesitarlo.

Eso lo hace más auténtica
y menos dependiente que ninguna.

Aun así,
ahora que languidece el presente
echo de menos más que nunca a esos cabrones.

Enfrentados con el mundo,
con esa cara de pocos amigos
que tienen los perros viejos andaluces.

Escrutando en el fracaso,
un atisbo de victoria original.
En la afrenta común de siempre
de sobrevivirle a la vida con descaro.
En el anhelo de driblar al destino
con un gesto de calidad en el último minuto..

Por eso cuando me despedí de ellos les dije:
"sobran las palabras".

Y me fui.

Pero tambien por eso hoy echo en falta
esos abrazos que me convierten en un tipo duro.

Y el volver a burlarnos juntos
del orden azaroso de las cosas,
y hasta de la más impávida tristeza.

Entre ardores y maullidos

Entre ardores y maullidos
Sobrevivir a la vida últimamente se convirtió en algo así
como intercalar cigarrillos y pastillas para la garganta,
gastándose en ron miel el dinero de los mucolíticos.
Hay que cuidarse joder. Dejarse de poner hielos al asunto
que últimamente si de algo andamos sobrados, es de frío.
De tanto forrarnos los cueros con piel de lagarto errante.

La aristocracia de barra, el trío de jotas después de cristo,
ese codo con codo que hace que nunca nos demos la espalda.
Aceptémoslo, se nos hizo demasiado tarde para escrutar el olvido,
tarde aun para volver a marearnos con el humo del primer pitillo,
será por eso que para esconder las cicatrices nos dejamos crecer la barba

Al final lo único que cuenta es el suicidio cotidiano de lunes por la mañana
ganar y perder para volver a lanzar con rabia los dados contra la pared. Otra vez.
Afilarse los dientes por si toca morder. Endulzarse la lengua por si toca besar.
Habrá que aceptar que el amor no es más que una ecuación imperfecta
resultado del cuadrado del cariño y la lealtad, precedido por pasiones perecederas

Si todo se resume al final a la volatilidad de los estados de ánimo
al insolente crepúsculo de un puñado de dioses muertos,
a la contundencia de la duda, a la fragilidad del verso,
a un par de frases ingeniosas y un puñado de chistes,
al lacónico maullar de los gatos bajo el motor de los coches
que intentan evadirse del frio del invierno para meses más tarde
verse buscando una sombra con la que burlar el calor del verano.

Si todo se resume a eso, aceptémoslo y maullemos

Maullemos boleros a deshora en los bares,
Maullemos entre sabanas moviendo el rabo,
Maullemos panza arriba si nos venimos abajo,
Maullémosle a la luna llena en las noches claras,
Maullemos a la noche oscura que nos vuelve pardos,
Maullemos como nunca, cuando nos cansemos de maullar

A fin de cuentas
no hay nada de malo en ello.
Moverse por impulsos irracionales.
Saborear a solas la dulzura que supone
el vestir a destiempo las sonrisas más amargas,
y no hacer nada por resguardarse del cáncer de la lucidez

Úlceras

Úlceras
Hay un algo de flagelación indómita a la hora
de afrontar melancolías y nostalgias.
De librar batallas perdidas.
Como si se tratase de un fraternal instinto suicida
que atenuado te redime del presente,
pero que no lleva a ninguna parte.
Es esa absurda culpabilidad esteril que cargamos
sobre el hombro de manera irracional,
con los ojos vendados,
cuando giramos la cabeza hacia detrás,
o proyectamos una mirada irreversible hacia dentro
que va más allá de los pulmones,
el pancreas o el duodeno.

Y que aun así nos acaba por diagnosticar
algún que otro tipo de úlcera subcutanea.
Úlceras en el orgullo, en el amor propio, en la conciencia...
Úlceras producidas a menudo por algún desengaño

Existen mil formas de automedicarse ante esta extraña,
pero común enfermedad, de sueños consumados y recuerdos sangrantes.
Hay quien opta por atiborrarse de ejercicios de soledad,
de botellas de Jack Danields, de Prozac o Rivotril.
Otros tantos optan por embriagarse por la compañia constante,
por huir hacia delante sin admitir que huyen,
por Paulho Coelho y su país de las piruletas,
por Bucay y su sentenciosa moral de cuentos infantiles para adulteros.
Está quien escoge acuchillar el silencio
con un disco de Pink Floyd,
con un solo de trompeta de Chet Baker,
con el blues rancio de Muddy Waters o Howlin Wolf,
con la quinta sinfonía de Bethoven,
con los redobles de campanas..

En función de la receta se vuelve uno mas o menos
sociapata, risueño, retraido, lúcido, ignorante, alcoholico o vencido...

Pero, lo quieran o no cada uno sigue cargando en la cotidianeidad,
con esas úlceras del pasado que te perforan el futuro
Úlceras, a fin de cuentas, en el corazón, que algún día acabaran por matarnos...

Nuestra única certeza

Nuestra única certeza

Tienes que asumir las consecuencias de tus actos
igual que has de asumir que el precio de no cometerlos
quizá a la postre te pueda resultar demasiado alto.

Ya sabes la relación que existe
entre la paciencia y los cobardes,
pero aun así,
no te precipites al vacío todavia.
A veces, es mejor esperar al último asalto
y tratar de disfrutar del combate
por lo que pudiera suceder.

Todo es cuestion de asideras al final.
De escoger bien donde vas a agarrarte
aunque la elección sea cuestión de instinto
y limitarse a sobrevivir demasiado insípido.
Así que no te aferres demasiado fuerte,
y recuerda llegado el momento,
que al final tan solo somos lo que seriamos,
y poseeremos lo que pudieramos poseer
a la vuelta de un naufragio. Del último.
Poco más que tenernos a nosotros mismos
y el recuerdo difuso de alguna melodía en la cabeza.


Que ya es bastante.

Rutinas fugaces

Rutinas fugaces

Mi vida nunca ha seguido una linea recta.
Al menos no solo una que yo sepa.
Soy hombre de rutinas fugaces.
Apenas me quiero dar cuenta
de en que desdenes ando metido,
ya estoy dedicandome a cualquier otra cosa.

Sumergido...

Puedo haber vivido en mil lugares
en las últimas diez o quince primaveras,
en un par de convicciones, en muchisimos más bares...
pero yo al contrario que Sabina, siempre acabo por volver
al lugar donde he sido feliz. Siempre queda algo. O Alguien.

Todo por ese ansia de querer vivir tantas vidas
en el transcurso de lo que dura éste viaje de ida,
juntando más piezas de las que ya de por si
traía la caja de este jodido puzzle por defecto.

Puede que por virtud... Quien sabe...

Por ese ímpetu irrefrenable de disfrutar
de la quietud de la noche y sacarle provecho al día.

Es posible que por eso hasta la fecha nunca me diera por echar raices.
Y si acaso sucedió una vez, lo que pudo haber sido un bosque
acabo por ser un tiesto.
Sin regar.

Así las cartas no te queda otra que seguir modificando
una y otra vez el cuaderno de bitacora. La hoja de ruta.
De volver a jugar a ser esa presa inquieta
que tan pronto esta planeando uno y mil saltos,
se ve sentado en una roca apurando un cigarrillo.

Con días que quisiera verse cazada
y otros tantos en que disfruta jugando sola
en el absurdo de alimentarse de los sueños

Pero al final merecerá la pena por lo menos haberlo intentado...
al final merecera la pena intentarlo... una y otra vez...
o puede que no.... o puede que tal vez....

Sicarios del sol

Sicarios del sol

Yo solo sé que cada vez que te pienso,
que cada vez que te miro,
veo mas allá de las distancias cortas
y soy capaz de romper en mil pedazos mis miedos
en el devenir tempestuoso de los domingos
en que nos sentimos solos y temblamos
como niños,

porque a veces aunque no nos demos cuenta
necesitamos creer en la magia más que ninguno,
precisamente nosotros
que estamos cubiertos de esparto
de recibir tanta puñalada a destiempo,
y llevamos dibujado en la frente
sin quererlo, el último parte de guerra

Porque justo después del momento
en que venia de vuelta
de ponerle el último precio a mi orgullo
allá donde las gitanas guapas cantan con desparpajo
que tienen la fruta más fresca del barrio,
tú que siempre descreías de las verdades
que te contaban sin tregua en los bares
cuando llevabas el vestido ceñido al corazón
y las medias a la altura de ciertos besos,
me diste pie a invitarte a aquella cerveza
y a decirte eso de que me importaba una mierda
que el vaso andase medio lleno o medio vacío
si me dabas la oportunidad de brindar contigo

Porque soy incapaz de olvidar el instante
en que el cielo se puso de mi parte con el llover de granizos
y te pude cobijar bajo el abrigo en un mayo febril
en que tú salías de mi cama y yo te acompañaba a casa
para buscar un refugio en aquel martes por la mañana
de ir con las manos en los bolsillos muertos de frío
e inventarnos entre un cortado sin azúcar y dos tostadas
aquella última trinchera donde sentirnos vivos

Porque aun,
a veces pienso que si se tuercen las cosas
y nos vemos cada uno besando la lona
siempre seremos capaces de dejar
que se las apañe el mundo
girando a nuestras espaldas y a solas,
y reuniremos dinero para comprar algo de munición,
ahora que nos hacemos mayores y nos sale tan cara
para cubrirnos con una gabardina oscura
en un callejón sin salida,
con los vaqueros hechos jirones,
y disparar a la luna con la última bala
para poder mecernos a oscuras por siempre,
allá donde nadie nos mire...

Something else

Something else

El muy cabrón, con sus piezas de contrabando
y su boquilla blanca tornada en azul por un extraño
proceso químico resultante de la mezcla
de saliva y cocaina.
O eso cuentan al menos, y a mi me apetece creermelo.
Dispuesto siempre a hacernos salvar de todos los males,
al menos a invitarnos a encontrar ese punto de dulzura
que existe cuando estas dispuesto a saborear incluso
a que sabe tu propia caida, en ese loco afan
por amortiguar las penas con el paladar. Con el oido.
Con su solo de trompeta que no respeta los tiempos
pero que se hace respetar a si mismo. Que hijo de puta.

Y que vergüenza que sentirias hoy en dia Miles,
si escucharas como se reproducen tus standars
en los clubes de Jazz de las grandes ciudades
que apestan a orondos empresarios engalonados
con trajes italianos y alguna fulana rubia
de doscientos euros la noche, como complemento.
En los cuales, no me detendre, por temor a la nausea.

"El elitismo Miles. El puto elitismo.
Y a cuatro euros el tercio de cerveza"

Dieciocho años tenias, recien quemada la etapa de instituto,
y fuiste a dar por casualidad con una banda de músicos
que andaban dando unos cuantos bolos por tu ciudad.
Te invitaron a unirte a la fiesta, a moldear el aire,
con tu inseparable herramienta de metal curvado bajo el brazo.
¿Como debio de ser aquello, eh cabrón?
Con aquellos miembros de una banda de Jazz del monton
que apenas tenian donde caerse muertos,
y entre los cuales se hallaban un par de tipejos
que se hacian llamar Charlie y Dizzy. Parker y Gillespie.
Pero que empezaban a darse a conocer con un ritmo acelerado.
Bebop lo llamaban. Y mira que a mi nunca me acabo por cautivar.

Luego vinieron el caballo y la fama.
Pero supiste saltar de la montura a tiempo.
Despues ya llego Coltrane, todo lo demás,
y time after time, hasta el final...


Pero bueno, el tema es que la otra noche,
en uno de los pocos antros que aun quedan en pie por aqui,
de los que huelen a humo rancio, y jazz añejo,
con una tarima de madera desvencijada, de casi medio metro,
y un piano de cola de los que restauran exyonkis arrepentidos
en uno de los dos talleres de desintoxicación del barrio...

La otra noche te encontre, en aquel antro,
junto a un sesenton con barba blanca que miraba al techo
cuando golpeaba con una fuerza mesurada sus baquetas,
detrás de un argentino que se burlaba de la precocidad de su calvicie
cada vez que hacia sonar entre los dedos su clarinete plateado,
acompañado de otros tres excombatientes refugiados
en un saxo tenor, una epiphone negra y un enorme contrabajo.
Ahi estabas tú, trás tus voluminosas gafas de sol que usas
para que nadie se aventure a buscar en tus púpilas, la proxima nota.

Y ahi estaba yo. Escuchandote. Alrededor de la medianoche.
Sentado en una esquina, en mi trinchera de botellines vacios,
pisoteando ritmicamente mis penas con el pie derecho,
al tiempo que una chica de tez morena envuelta en un vestido blanco,
me pedia, gesticulando, desde el suelo, que le alcanzara el cenicero...

"Mira, ese de ahí es Miles Davis, y decian que estaba muerto"

Ella sonrio cómplice, agarrando con delicadeza el cenicero,
y en voz baja, mirando hacia delante, acerto a decir:

"Pues si... y decian que estaba muerto"

Y la música entonces, siguio sonando...

Time after time, if you fall I will catch you I´ll be waiting, time after time...

Paredes de cartón

Paredes de cartón A veces me mezclo entre las verdades a medias que sujetan la vida de aquellos que tienen por cielo el techo y por compañía el infortunio.

Aquellos que bajo un sombrero de paja se sientan cada mañana al sol en los bancos de las plazas, con el sonido de una radio que nunca acaba de sintonizarse del todo bien.

Son los perdedores que asumieron con orgullo la derrota y prefirieron vivir bajo los puentes antes que saltar desde su cima. A los que les encontró una aguja cuando buscaban un pajar y se montaron a los lomos de un caballo que no iba a ninguna parte. Los que se quedaron dormidos en el fondo de la botella y prefirieron seguir durmiendo. Los inmigrantes que cruzaron un mar infinito y ahora se ahogan en nuestros charcos de indiferencia. Son las putas que con 12 años jugaban a ser princesas, sin saber que años después no les quedaría otra que hacerse por ellas en el asiento trasero de un Mercedes.

Aun así algunos de ellos sonríen, mientras empresarios vestidos de Armani hacen sonar furiosos sus bocinas en la hora punta de la tarde, y se acercan con respeto a nosotros a impartirnos las lecciones de filosofía que nunca se enseñaron en la escuela. Muchos saben más que los que saben más por viejos que por diablos, porque sin ser ni viejos ni diablos, descubrieron que a veces el sentido de la vida es que nunca tuvo ningún sentido vivirla sometidos a las reglas de esta partida, en la que los que nacen sin nada quedan atrapados parasiempre en la casilla de salida.

Como ya digo, a veces me paro a escuchar a aquellos Bukowskis de media barba que se acercan pidiendo cigarrillos a asustadizas universitarias, que se estremecen por esas miradas de los que se quedaron varados en la orilla contemplando como sigue girando el mundo en una dirección tan absurda, y que en un cambio de rail dejo sentados en el banquillo a los que alimentan las palomas después de orinar en los portales.

Perdiendo al escondite

Perdiendo al escondite Puedo tirarme una semana sin escribir una mierda
y luego retorcerme entre lunas de tinta
durante cuatro noches seguidas

Y vale que si, que ya lo se,
que no tienen cabida en un mismo lecho
una zorra y un corcel,
pero prefiero quebrarme la cabeza
pensando en un par de muslos
y en secretos al oído,
antes que no pensar en nada
y caer en la trampa de la rutina
que la vida intenta plantar a los pies de mi cama
y yo esquivo dando un salto hasta la ventana,
para pensar en ese contigo que no existe
y convertir en decretos de corazón esos secretos
que no son tuyos, porque tú no eres nadie

Porque tu no eres ninguna, y eres un poco de todas ellas
que luego a la hora de la verdad no son tantas y se repiten,
y a base de repetirse pierden la gracia
como los chistes malos que se cuentan en las plazas de madrugada

Porque me canso de buscarte y no encontrarte
y aun así engañarme pensando que esta vez si,
que esta vez he dado contigo,
pero se me revela la aorta, y me dice que no...

que no cabrón,

que tampoco es ella,

porque ella no te diría esas cosas, ni llevaría esos zapatos
y ella sabría quien es Kerouac y aunque lo permitiera
no daría por sentado que vas a invitarle a la cerveza

Y me invento puntos suspensivos para salir de las comas,
porque prefiero vaciar los pulmones de golpe
a respirar poco a poco, ... , ... , ... ,
y en vez de dormir a estas horas, escribo y me re-escribo
porque en realidad no hay mucho más que decir
de lo que yo ya no me haya dicho en algún momento
alguna de las veces que volvía a casa solo y borracho,
o acompañado, pero solo y borracho igualmente,
evitando ahogarme en las riadas de agua
de los servicios de limpieza municipales


Y yo la sigo buscando como el que compra el cupón de la once
y siempre gana el reintegro para tener otra oportunidad
de perder de nuevo un intento en el intento en encontrar el premio

La busco como el que busca a Dios en misa de once,
pero con mucha menos fe y con un poco más de esperanza,
como el corsario que busca su tesoro de monedas de oro
y que no se quiere conformar con un puñado de monedas de plata,

Y mientras más la busco más me pierdo en mis renglones,
más delego mis pensamientos en la inercia
de las yemas de estos dedos,
que quieren cambiar las letras del teclado por unas caderas
que hagan cambiar bruscamente el sentido
de este puñado de palabras que la andan buscando

Cuentas pendientes

Cuentas pendientes "Soñe contigo esta noche.."
Me escribes en pasado simple gallego
"Ahora yo tendré que soñar contigo durante el dia"
Te respondo en futuro complicado andaluz

Y ahi se queda ese cruce de miradas sin miradas
yo aqui abajo me quedo hilvanando las ganas
ahora que el tráfico esta de vacaciones en la costa
y algunos nos quedamos guardando el aparcamiento

Y asi seguimos sin sufrir pero abrazados al recuerdo
haciendo malabares con un calendario y dos relojes,
volando a ras del asfalto, remangandonos los sueños
a la altura de las teclas del piano del cafe bohemia

Porque aun sigo queriendo ver como tu perro
de lo negro que es, parece azul a la luz del sol
porque aun quiero que que veas como mi sangre
que de por si es roja, a tu vera se vuelve mas roja,
porque ademas me debes unos versos de Pessoa
a la orilla de aquella playa arropada por el silencio
que en verano tenemos alquilada a los mortales
para costearnos los polvos que echemos en invierno

Si lloras me corto las alas

Si lloras me corto las alas He descubierto que una mirada es el trazado más corto entre dos mundos
y me he construido un castillo con los posos sobrantes del café
donde ondean por banderas los visillos descosidos de mi cuarto,
para que allí todas las palabras que me digas eyaculen en susurros
y todas las madrugadas que tachas de rodillas se mueran de insomnio

Así cuando te desfallezca la esperanza por sobredosis de tristezas
yo domesticare cada una de tus lágrimas a base de sonrisas furtivas

Así cuando otra vez tus sueños se engalanen de versos errantes
en cada suspiro que exhales, seré yo y no tú el que se quede sin aire

Pensamientos desordenados

Pensamientos desordenados Y me fumo un cigarro tras otro
en la ventana de siempre
cuando me encuentro solo
con la soledad y su redundancia,
de estas y otras madrugadas
que me brinda la luna
sin brindar conmigo

Y pienso en como
encarar MI vida
por ser sin duda
la mayor de mis certezas
y la única de mis posesiones

Sin pensar
en hipoteca-pareja-coche ,
porque eso me resulta
tan circunstancial
como el más elegante
de los trajes de noche
o un pijama descosido
en un despertar de octubre


Pienso en actitudes
que no son siempre hedonistas
y me pierdo en Nietzsche,
entre su malditismo
y el que yo me creo,

entre sus antes y mis después,

y las piezas de ajedrez
desordenadas de Hesse
en mi homologo estepario
que no se como colocar,
y ya no digamos mover,
en este inmenso tablero
donde todos los recuadros
son a la vez blancos y negros


Y todo por este absurdo
de pensar demasiado
cuando no pienso
más de la cuenta


Después sentencio culpables
de mi reincidente extravío
a las noches y las mujeres
- con sus artículos
plurales y determinados -,

sobretodo cuando ambas
no van ligadas entre si,
y el producto de estas
tiene por resultado
la ausencia al cuadrado


Todo porque a veces
me da por mirar como bailan
las penas al son de la tristeza
y me pierdo en sus escotes


Todo por pensar,
que no solo la gente,
que también el corazón
se puede morir de hambre,

cuando los recuerdos
acaban muriendose de sed

Basta un intento

Basta un intento Bastan tres dias
de soles navajeros
de esos que queman la piel,
para decidir bajar
y escapar a la playa,
tendernos boca arriba
que se nos encapote el cielo
leer en las nubes
"JODEROS"
y escupir la rabia
en la arena,
por no tener ya fuerzas
de escupir hacía el cielo


Basta intentar descifrar
el acorde que se esconde,
que se niega a encajar
en esa canción,
que se compone por dentro
entre los trastes
y desastres
que habitan mi cabeza,
y desafinan el latir del corazón,
para que se rompa una cuerda
entre un fa sostenido
y un mi menor


Basta decidirse a abrir un libro
para evitar pensar
que se escapa la vida,
para que te atraviese
los quebrantos
un párrafo
que reza algo así:
"Los años te atropellan,
las edades vuelan,
los imperios se derrumban,
y un dia te duermes.
Cuando despiertas
descubres que ya solo
queda tiempo para lamentar
la juventud perdida"
*


Y es que basta una pena
para quebrar un abril
pero no me basta un adios
para poder largarme de aqui,


Y basta escribir todo esto
evitando,
jurando,
no pensar más en ti
para acabar descubriendo
que aun...
...que me joda
me acuerdo de vos,
en el ultimo verso,
que se escribe por si solo
el cabrón,
y me enseña los dientes
diciendo que
aunque yo no quiera
aun te echo de menos

Caladas de abril

Caladas de abril Primera calada:

Laura abrazandome dormida
desnuda,
enredando mis caderas
con sus piernas
despues de un polvo
salvajemente salvaje.
Yo que sigo despierto
soñando
queriendo retener el momento
impregnado en la almohada
de ese ring
de sabanas mojadas.


Segunda calada:


Una botella de vino
que viaja de mano en mano,
de boca en boca,
en una terma de agua caliente
en medio de un campo
sin mas luz
que la que nos brinda la luna.
La gente desnuda
propios y ajenos
con el pudor tendido junto
a la ropa
que cuelga en las ramas.
De música
nuestras risas
y los ladridos de los perros

Tercera calada:

Un concierto al aire libre,
domingo por la noche
en el casco antigüo de la ciudad
Una canción que me gusta
un mensaje en el movil
una frase de esa canción
un "te estoy sonriendo"
y yo que la busco
entre tanta gente
y yo que no la encuentro
otro mensaje mas tarde
un "nos vemos en el callejón"
y yo que la sorprendo por la espalda

Cuarta calada:

Un buen amigo
y una barra,

de los que estaban
antes de que se fuera
aquella muchacha,
por la que yo hubiera matado
y que me dejo por recuerdo
un puñal en el costado.

Un buen amigo
de los que siguen estando
ahora que ella no esta,
y mucha cerveza
y filosofía de barra
verdades como puños
que arremeten contra
lo que antes era
una duda sin tregua
que ahora es
una tregua sin dudas

Cenizas:

El resto del mes
ha sido aplastantemente insgnificante
significantemente innecesario

Trataremos de retener
los recuerdos en los pulmones
hasta la proxima estación
de esta primavera
que se suicida
y se disfraza de invierno
cuando empiezo a toser
y se me escapa el humo

Me viene de dentro

Me viene de dentro He encontrado en otros cuerpos
y en otras conversaciones
la dosis necesaria para sobrevivir
sin aquella mujer
que era capaz de hacerme sentir
la persona mas dichosa y desdichada
a partes iguales

Aun asi sigo frecuentando los bares,
pero en vez de por necesidad
lo hago por la inercia
de querer hacer correr el tiempo
borracho,
distraido,
hasta que llegue el momento de
poder tener motivos de sobra
para levantarme por las mañanas

Aun me engaño con proyectos
que voy retrasando,
por miedo o por pereza,
hasta dejarlos a mis espaldas

Y hasta me averguenza escribir lo que escribo
porque se que me viene de dentro
y ya ni siquiera me recreo en follar con las palabras
simplemente las vomito

Y aun asi sobrevivo
escapando de los brazos de la rutina
cuando no me hallo buscando la forma de escapar de ella

Evito la necedad todo cuanto puedo
la propia y la ajena,
y rehuyo a menudo
de las personas que no me pueden aportar ya nada más,
o de los ratos muertos de las tardes del domingo,
para perderme por las callejuelas del albaicin
y encontrarme un poco a mi mismo
entre la estrechez de sus paredes blancas
sin mas compañia que la de mi perro

Y bueno

asi paso ultimamente los dias
d e s p a c i o
mientras pasa deprisa la vida
intentando olvidar alguna mujer
emborrachandome mas de lo que debiera
follando más de a lo que estaba acostumbrado
paseando por fuera y por dentro

o escribiendo alguna mierda de poema
mientras espero a que me atrape el sueño

42 euros (y siete céntimos)

42 euros (y siete céntimos) 42 euros en la cuenta
y siete céntimos
es lo que ha quedado tras pagar
el piso,
el agua,
dos bombonas de butano
y un paquete de tabaco

La nevera esta casi vacia,
los bares en Granada
casi llenos,
y yo sigo formando
mas parte del problema
que de la solución

Dejemos pues que esta noche
corra la cerveza,
que durante el dia
ya corre demasiada sangre

Aunque el cielo siga teñido en gris,
y yo empiece a pensar
que no son nubes
las que cubren el cielo,
es tan solo el humo que exhalo ultimamente
que no lo asimila bien la atmósfera
en madrugadas como esta
que acaban apuntalando el alba
a base de cigarrillos
y botellas vacias

que las nubes ahora
moran en mi cabeza
sin que el hombre del tiempo
vaticine ningún cambio
en los proximos dias

No queda más
que abrigarse bien...










...el corazón

Abriéndome el pecho (a modo de presentación)

Abriéndome el pecho (a modo de presentación) Siempre quise ser escritor,
columnista impune
cuanto menos,
pero sin darme cuenta
alguien cambio por agua
la arena de mi reloj,
y no entiendo porque
sin llegar a ser escritor
me siguen sangrando
las yemas de los dedos
madrugada si
y madrugada también

Pero si he de ser
crítico conmigo mismo
diré que siempre
me falto algo de constancia
y me sobraron demasiados bares,

y que coño,

que a estas alturas
el "talento"
empieza a ser tan solo
una palabra
de siete letras
que nadie se molestó
en incluir en mi diccionario


Así pues nunca gané
certamen de poesía alguno,
pero tampoco los perdí
ya que nunca di a torcer
renglón alguno
en ese tipo de concursos,
en los que el jurado
que premia la rima
no sabe que los mejores versos
son los que riman sin rimar,

y que lo que es la métrica,
a mí siempre
me
ha
importado
una
mierda


Y así sin darme cuenta
me voy haciendo mayor
sin saber aun
que cojones
quiero ser de mayor,
y empiezo a sopesar
la derrota
como una opción
agridulce,

que a fin de cuentas
no es un mal pacto
con la muerte,
siempre que pueda
seguir retándole
un par de versos al viento
(sin acuse de recibo),
entre quimeras corredizas

para así mantenerme con vida
y poder seguir besando
la comisura de mis sueños

y me conformo
con un perro
que me despierte
por las mañanas,
más libros
de los que caben
en estas estanterías,
un par de amigos
tres como mucho,
alguna botella de vino
de reserva
con denominación
de hastío,
y que de vez en cuando
alguna mujer
me arranque las penas
sin pedirme
más penas a cambio